Santa María del Puig es una pequeña ermita románica de mediados del S. X. Ya documentada en el 985, tuvo sus momentos de máximo esplendor a mediados del S. XIV, cuando el pueblo que Pere Sacosta levantó a su alrededor, pasó al patrimonio de la Abadía de Montserrat. Un terremoto en el S. XV y cuantiosos daños durante la Guerra Civil casi la llevaron a la ruina, pero Alfred Sedó, a la sazón propietario de la Colònia Sedó comenzó las obras de restauración en 1945. Consta de una nave única con bóveda de cañón, ábside semicircular y capillas rectangulares. El crucero está culminado por un cimborrio de planta oval que, externamente, parece un prisma hexagonal. El campanario es de construcción posterior a la obra primitiva.
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